Seguimiento de mi huerto balconeril

No siempre la ausencia de noticias son buenas noticias. Mi huertecillo del balcón va irremediablemente al limbo del fracaso, la planta de judias murió, triste y sola, dejandome con la misma cara de imbecil que se me quedó cuando se murío la de guisantes.

Ahora, tengo UN ÚNICO pimiento pequeño, peludo y suave, que me llena de gozo. Y como el hombre, es el único animal que tropieza cuatrocientas veces en la misma piedra, vuelvo a creer en Dios, y en mi planta de pimientos. Si acompañamos todo esto con que estan restaurando la fachada de la comunidad y todos los días aparecen todas las plantas llenas de polvo blanco de la obra, si este pimiento crece, será el mejor pimiento de toda la humanidad desde que el mundo es mundo.

Por si acaso, una foto de recuerdo, que hay muchas posibilidades de que sea lo único que conserve de mi chiquitín.

NOTA DOMINGO 3 DE AGOSTO DE 2008

Poco dura la alegría en casa del pobre. Ayer por la mañana, salimos a comprar, y cuando volvimos al mediodía los obreros de los cojones se habían cargado la planta del pimiento, rompiendo el tallo prácticamente hasta su base, y como yo soy imbecil y no se distinguir un pimiento de un geranio, habían roto un trozo de un geranio que tengo y lo habían plantado en medio de la maceta, para que no me diera cuenta, que si no es por el cabreo que llevo encima hasta me haría gracia y todo. De la planta rota ni rastro, y de los obreros, de momento, tampoco. Ala, a tomar por saco todo.